Te marchaste sigilosamente, sin hacer ruido. Silenciosamente para no molestar, o será que no querías darnos el disgusto de que te estabas apagando lentamente como el cigarrillo que se va consumiendo poco a poco, y que tú tanto anhelabas.
No permitiste que te dijera adiós y el 2 de mayo te fuiste como el agua del río que llega al mar; esa que ya no vuelve para atrás. Tú tampoco volverás. Te has ido para siempre.

Es muy difícil encontrar un buen amigo, más difícil todavía despedirlo e imposible olvidarlo. Nuestra infancia fue corta pero intensa y son muchos los recuerdos que llegan a mi mente; y cómo nos reíamos, siempre haciéndonos apuestas.
Como cuando nos apostábamos a ver quien acertaba la matrícula de los coches aparcados cuando volvíamos del colegio.

Cierto día me dijiste haciendo nuestro recorrido:-Marcos me marcho de Úbeda.
Y yo, inocente de mí, te pregunté- Pero ¿adónde vas?
-A mi padre lo trasladan porque ha ascendido (era Guardia Civil) y nos vamos a Cádiz, dejo el colegio y me voy con mi familia.
Pensé que perdía un gran amigo y compañero de infancia. Nos quedamos por unos minutos sin decir nada, el silencio nos dejó sin palabras.Nos despedimos con un fuerte abrazo y nos dijimos – Hasta luego,ojalá que volvamos a vernos.
Fuiste una persona noble, sincera, amigo de tus amigos, un profesional intachable y siempre dispuesto a todo. Tu bondad como compañero y amigo fue impecable. No te vi nunca un mal gesto, ni mal carácter y prueba de ello fueron las lamentaciones de todos tus compañeros de trabajo que siempre te alabaron. Lamentamos tu muerte.
Hoy tus amigos y compañeros de estudios de la SAFA de la promoción 1964-66 nos despedimos de ti, y con dolor y sentimiento te damos nuestro ADIÓS. Siempre te recordaremos y estarás presente en nuestros corazones y aunque no salgas en la foto, te echaremos de menos porque para nosotros siempre estarás presente.
Marcos Sarmiento (como amigo y representando al conjunto de El Curso)

Deja una respuesta